MY NEVERLAND
Todos llevamos un niño dentro. El Peter Pan que nunca está dispuesto a crecer es también la fuente de nuestra imaginación aventurera. Aprendemos a ser fuertes de adultos, pero las presiones de la vida nos agotan constantemente. Por eso anhelamos retirarnos a nuestro propio País de Nunca Jamás en casa, donde la curiosidad y el niño interior se mantienen a salvo. El contraste entre el blanco y el negro aporta elegancia al espacio neutro. Las sencillas y singulares líneas curvas de las paredes y los armarios reflejan luces danzantes en el elegante espacio.
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