The Embracing House
El reto para el Arquitecto era infundir esta intervención con la morfología del lugar. Este proyecto demuestra que la Arquitectura no tiene que ver con lo mensurable, dividido o reensamblado, y con esta línea y aquel ángulo, con el dogma en aquel lugar. El Arquitecto demuestra que la Arquitectura tiene corazón y vive en los lugares. Lo que la casa "quiere ser" no es ella misma, como nosotros mismos, como individuos aislados, confundimos erróneamente. Una intervención auténtica quiere estar en su contexto. No quiere estar sola. La arquitectura quiere pertenecer al "espíritu del lugar".
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